Ante esta situación, el gobernador Samuel García prefiere permanecer callado, pues carece de estrategia para combatir la inseguridad.
Octubre ha resultado ser un mes aterrador en Nuevo León, y no precisamente debido a Halloween. En tan solo una semana, hemos registrado 30 homicidios en el estado, y la cuenta sigue aumentando.
Esta es una cifra lamentable que marca un ‘récord’ para nuestra entidad. Sin embargo, la extrema inseguridad que enfrentamos no se limita a este mes en particular. En septiembre, se documentaron 132 homicidios, y en lo que va del año, ya suman un desolador total de 1,055.
Se dice que quien calla otorga, y el silencio por parte de Samuel García pone de manifiesto su incapacidad para abordar el problema de la violencia que aterroriza a los habitantes de Nuevo León. Esta violencia no conoce límites, y observamos desde tiroteos y secuestros hasta escenas macabras de cuerpos desmembrados y con evidentes señales de tortura.
El crimen organizado parece tener el control absoluto del estado, mientras que el gobernador Barbilla Naranja prefiere disfrutar de un viaje a Tokio en lugar de abordar este preocupante tema.